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Es la secuela de Nueva Yol del director Angel Muñiz. En realidad, nunca existió una parte 2 y personalmente espero que no se haga. Este fue el primer caso de sobreexplotación en el cine dominicano.
El problema de esta secuela, lo dice el titulo, es un a
parte 3 no una 2, porque las partes dos son malas. Pero obviamente esta al
mismo nivel. Parece mas un spin-off que
una secuela, la conexión con la anterior película se hace con exposición que se
le arroja al espectador. Además, la primera concluyo bien, las cosas ambiguas que
le dejaban al espectador hacían un final reflexivo. Pero en esta tratan de
justificar de manera muy vaga los eventos que no fueron mostrados en la
supuesta parte 2 y en esta. Este caos argumental solo hace que los personajes
que fueron desarrollados en la primera parte tengan una conveniente amnesia; un
anti-desarrollo que es una de las tantas justificaciones para armar la trama de
este filme. Por ejemplo, el protagonista perdona en un minuto a su amigo que le
daño la vida dos veces, pero no pudo perdonar a unos sujetos que se burlaron de
él. La doble moral del protagonista es muy molesta. Parte de la amnesia
argumental es que los personajes de la primera parte desaparecieron de la faz
de la tierra. Ellos eran fundamentales en la trama, pero al ser borrados es
otra excusa barata para manejar los eventos a su favor.
Esta parte trata de que en Estados Unidos aprobó una nueva
ley de inmigración; en las que los latinos tienen que tener sus papeles al día,
para evitar la entrada ilegal de ellos. Todo es tratado con mucha superficialidad, si
representa como se verían inmigrantes latinos en esa situación. Pero, el
problema es que los personajes dicen a cada rato un discurso de pura exposición
de porque ellos sufren y los estadounidenses son inhumanos. Ni siquiera cuentan
la historia completa de un personaje y quieren que se tenga empatía por estar
pasando una mala situación. Recurren a más mala exposición de estas marionetas y
estallan de ira o se ponen amargados bruscamente. Si esto no fue suficiente
hacen un montaje con una canción que los latinos la están pasando mal, pero
solo nos muestran planos de varias personas caminando normal por la calle.
No hay tensión en
todo el filme porque todo es resuelto por deus ex machina; en este caso, los
personajes tienen información que no se le es revelado con anterioridad al espectador.
Gracias a eso hay un montón de escenas absurdas de justificando lo
injustificable. En la primera parte se
veía como avanzaba la historia sin utilizar estos giros absurdos. Aquí hasta al
final agregan propaganda religiosa, bastante anticlimática y solo hace ver la
escena ridícula. No logra justificarse con que los latinos son muy religiosos,
porque a demás de estereotipado ellos no salen del problema por hacer un
velatorio en un apartamento.
En el humor si tiene algunos buenos chistes, pero la mayoría
son solo para alargar la trama y completamente innecesarios. A veces es
bastante simple; agregan a un estereotipo y se burlan de él. La comedia spanglish no funciona ya que
agregan mucho drama, además no se decide si un personaje hablara inglés o
español. Otro problema es el drama anticlimático, a diferencia de la anterior
esta abusa mucho de este recurso y transforma varios momentos en comedia
involuntaria.
La película se alarga más con un montón de escenas
innecesarias. La primera parte tenía un objetivo, pero aquí alargan una
historia que podía ser corta. Hay muchas subtramas que no van a ningún lugar. Al menos su ritmo la hace rápida, pero a la
vez casi no hay desarrollo de nada. La pareja del protagonista al principio fue
por conveniencia, luego de unos cuantos montajes ya son oficialmente pareja. En
la primera se tomaban un tiempo para construir la relación, pero aquí son
pareja porque la trama lo quiere. Si están casados por conveniencia tiene
sentido, pero que se quieran al final después de unos montajes es muy forzado,
y lo hace más cliché el que no se gustaban al principio. Y la conclusión tiene
el típico mensaje del amor que supera todo, a diferencia de la primera que daba
un mensaje diferente.
Las actuaciones no son tan buenas como en el anterior filme.
En las escenas de drama tienen que gritar lo que se sienten o actuar como unos
amargados muy forzadamente. El protagonista cae en esos errores, y ya que hay
varias escenas ridículas hace que a nadie se le pueda tomar en serio. Esta vez la película ganó dos premios Ace: uno
a quien interpreta al protagonista quién hace comedia involuntaria y otro a la coprotagonista,
que exagera varias veces y aparece a la mitad de la película.
La dirección es mejor que la de la película anterior. Ya que
contó con más presupuesto pudieron hacer buenas escenas sin limitaciones. Las
pocas escenas de acción son buenas, tiene buena coreografía, juegos de planos y
la eliminación de balas invisibles. Además de la escenografía de Nueva York y
Republica Dominicana tienen la de Puerto Rico, aunque es sobreexplotada para
alargar la película. La fotografía es como la anterior, se puede decir que
estuvo decente para la época y los problemas dependen de la versión. Lo que si
tiene mal es que a diferencia del otro filme quitaron el tono sepia en los
momentos emotivos. La banda sonora también es muy buena, con temas dominicanos
que van de acuerdo con las escenas y efectos de sonido que ayudan mucho al
momento.
Es una secuela completamente innecesaria y muy sobrevalorada.
Porque toca el tema del deportamiento de los latinos de manera muy superficial. Tiene muchos errores fatales gracias a la escusa de no
hacer una parte dos. Si en lo técnico supera a su precuela, pero si es en
historia es muy forzada y predecible. La primera parte se merecía mucho más los
premios Ace que esta.
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