Esta fue la película que comenzó con la moda de hacer películas superficiales de baja calidad que buscan representar los problemas de la República Dominicana. Como puede ver en el cartel: "aparentemente Haití es un paraíso comparado con RD".
En solo unos segundos de comenzar la película, saltan con un discurso de que el país es caótico. Esta película trata sobre un hombre de familia honesto y trabajador que se convierte en un criminal para que su hija vaya a la universidad. Esta película trata de ser realista, pero no lo es, y más con sus actuaciones que parecen una comedia barata. Las situaciones son muy artificiales y ridículas; cómo discutir durante 5 minutos para recuperar un peso (todo esto con un discurso de exposición ridículo). Es patético atacar un sistema corrupto molestando a las personas que tienen que seguir el sistema para vivir. La moral de esta película es dudosa, por ejemplo: el protagonista debe convertirse en un criminal. Además, afirma que todos los ricos son malos porque sí.
Su dirección al principio es más o menos, pero a medida que avanza la película se convierte en un programa de comedia de bajo presupuesto. Su banda sonora casi siempre está en medio de los diálogos que interrumpen el discurso. En conclusión, es como ¡Y que Dios me perdone! pero con menos esfuerzo, es de esas películas que un grupo de pseudointelectuales se jacta de decir que son "obras maestras".